Miedo a la Soledad

El miedo a la soledad es natural y muy comprensible, pero a menudo se convierte en una fuente de decisiones erróneas, estados psicológicos tortuosos y desaciertos motivados por razones muy diversas. El Alma necesita algo que pueda unir la vida y la muerte, lo visible y lo invisible, necesita el camino, saber de dónde viene y a dónde va, necesita a alguien que le conduzca por el camino, que le sirva de ejemplo de nobleza y alguien de plena confianza.

La soledad es una sensación de aislamiento que nos lleva a una tristeza profunda, a veces tras la pérdida de seres queridos, un divorcio, romper un novaizgo, etc. aparecen sentimientos muy profundos de desamparo que parece que nunca se van a superar, pero es bien sabido por todos que lo normal es que tras un periodo de duelo y con el tiempo desaparezcan.

El Alma necesita armonía y belleza como fuentes de inspiración permanente, necesita estar segura de que hay cosas y valores que no mueren, el problema clave de la soledad siempre toca el delicado tema de las relaciones humanas y se necesita sentir lo eterno y lo inmortal y las referencias sagradas, las apoyaturas de lo divino.

Mucha gente experimenta un sentimiento de vacío casi insoportable cuando está sola, como lo son: La obsesión por estar todo el día haciendo cosas y la preocupación de tener siempre ocupados los espacios de nuestro tiempo libre, demuestran que nos cuesta estar solos. Ante esto, conviene saber que aunque compartamos nuestras vidas con los demás, también es bueno estar solos de vez en cuando y disfrutar de ello como una experiencia positiva.

“Se trata de evitar recrearnos amargamente en lo que hubiera podido ser y empezar a reconstruir la vida con optimismo, autonomía, libertad y responsabilidad”.