La paz es un valor que suele perderse fácilmente de vista, cuando se entra en conflicto y tenemos que vivir sus consecuencias o cuando en la familia los problemas o pleitos comienzan a surgir comenzamos a apreciar el valor que tiene la paz. La persona de Paz debe tener visión equilibrada, debe ver a todos los seres con el mismo amor y fe que tiene en sí mismo, La persona serena, pues se toma tiempo para mirar las mejores alternativas en medio de una realidad conflictiva y dificultosa.
Vivimos en una época en la que se habla mucho de armonía y paz interior, sin embargo pocos mencionan que una de las mejores formas de alcanzar estos ideales es mediante el espíritu de servicio hacia los demás. La paz es el fruto de saber escuchar, de entender las necesidades ajenas antes de las propias.
Para llegar a esa paz interior, a ese encuentro consigo mismo, son necesarios varios elementos:
1. Evitar los ruidos, los escándalos y las tensiones, buscar un lugar donde podamos encontrar la paz que reconforte nuestro espíritu.
2. Llevarnos bien con nuestro cuerpo, no someterlos a excesos de ningún tipo, cuidarlo, hacer algo de ejercicio diario, hay que ir quitando tensiones musculares y tener suficiente descanso.
3. Buscar el sosiego psicológico, miedos, ansiedades, conflictos internos, influencias negativas de otras personas en nuestra psicología, ya que todo ello debe de ser superado en un proceso de transformación interior.
Tener paz es tener a Dios como la única tierra en que hemos sido plantados, en la que crecemos y en la que damos frutos.
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